martes, 24 de mayo de 2011

Nuestro futuro farmacológicamente alienado: una breve reflexión

EQUILIBRIUM

Sinopsis

Imaginad un mundo y un tiempo no muy lejanos, poco después de que se desencadenase la tercera Guerra Mundial. ¿Cuál sería el resultado?: una población asustada con escasos supervivientes que se plantean una mejora del mundo. Esta sociedad se va conformando sobre la infraestructura del miedo, miedo a que pueda volver a repetirse otra situación tan catastrófica para la raza humana.
El problema parece claro desde un principio: el hombre ha destrozado todo por dejarse llevar por las pasiones. De esta forma, la solución parecía más evidente: detener esas pasiones naturales que nos llevaron a la destrucción. El resultado final es una comunidad a escala mundial que es drogada diariamente para frenar sus sentimientos (y así, creen que ya no existiría más conflicto, el ser humano actuaría sólo de manera racional, sin peligrosas emociones que le incentiven a hacer alguna locura).

A continuación os dejo el tráiler (siento comentar que esta película nunca fue estrenada en España, por lo que únicamente se encuentra en inglés subtitulado o en español latino):





El problema: nuestro futuro farmacológicamente alienado

Ya en Un mundo feliz (1932), Aldous Huxley relata la distopía de una sociedad carente de espontaneidad y creatividad donde todos son felices por el consumo generalizado de la droga “soma”, un psicofármaco producido por el Estado para proporcionar a los ciudadanos una satisfacción bobalicona (situación similar a la película Equilibrium).

Fukuyama en Our PostHuman Future (2000) teme que estas situaciones similares presentadas dentro del género distópico terminen por suceder. Ve claramente algunos elementos que ya apuntan a eso, como los antidepresivos (prozac) o los estimulantes.
No sólo es en el campo de la medicina y la terapia donde se ven estos sucesos: el ser humano quiere tener un elevado nivel de bienestar y agradar a los demás. Muchos hombres durante años habían recurrido a la viagra. Sin embargo, hoy día en muchas publicidades se muestra el problema de la frigidez de la mujer, y se da la solución desde el ámbito farmacológico (cuando muchas veces se podría solucionar con otras alternativas).

La principal crítica que se le hace a ese “farmacologizar” al hombre, es la pérdida de su esencia humana y la no aceptación de uno mismo. Al igual que una mujer insatisfecha con su estado físico acude a una clínica de estética para ser operada, cambiar y estar más contenta consigo misma, lo mismo podría surgir en otros ámbitos. Sin embargo, todas esas posibilidades que nos abren las industrias farmacéuticas con sus “milagrosas” soluciones químicas son el camino fácil. El rendirse ante un medicamente podría resultar similar a cosificarnos: no seríamos nosotros los que sanaríamos nuestras preocupaciones, sino el fármaco. Aunque en ocasiones necesarias, debemos valorar esa posible decepción hacia nosotros mismos, pues podríamos sentirnos vacíos.


En este fragmento de Equilibrium, una mujer que ha dejado de pincharse su dosis diaria de droga para no sentir nada a nivel emocional, es secuestrada (al tener sentimientos de nuevo piensan que es peligrosa) y llevada a la policía. Le pregunta al protagonista: “Why live life?” (“¿Por qué vives la vida”); al parecer, y a lo largo de la película el protagonista lo va confirmando, es esencial nosotros esa capacidad de sentir elevada a niveles incluso intelectuales (por ejemplo, el amor por las obras de arte, el cuidado y responsabilidad de un cachorro, etc.). Con esos mecanismos de distorsión de lo que es la realidad humana (pues ya desde tiempo de Aristóteles se ha mantenido que el hombre no es sólo razón, sino además, pasión), esta película jugaría un papel dentro de lo que es la cuestión antropológica de “¿Qué es lo hace al hombre ser hombre?”, o bien de “¿Tiene sentido la vida? Y si lo tiene, ¿cuál es?”.


En esta línea también encontramos la películas Fahrenheit 451: un mundo utópico similar al nuestro en el que los bomberos ya no se encargan de apagar incendios, sino de quemar los libros (como una especie de Inquisición). 
He aquí el trailer (en inglés):


Montag (protagonista y bombero) comienza a leer, y esto implica no solo ir contra las leyes que antes no ponía en tela de juicio, sino que comienza a darse cuenta de la realidad que lo rodea, de la infelicidad en la que está inmerso. El ser humano necesita leer, pensar, sentir...
Todo esto forma parte de nuestra naturaleza.



La solución: la fuerza de la voluntad

En esta película, el protagonista decide renunciar a los fármacos entregados por el gobierno y atreverse a experimentar las fuertes pasiones que hacen muchas veces decir “no” a la razón. Es por este motivo que con Equilibrium se nos quiere demostrar que no debemos huir de nuestra naturaleza humana, sino que debemos aceptarla y modificarla en tanto la fuerza de voluntad que tengamos: decirle NO a ese ser humano alienado farmacológicamente. Esto es a menudo algo que en nuestra vida normal se puede observar: un ejemplo son los círculos de alcohólicos anónimos, en donde, tras haber estado una persona durante meses o años sometida a la embriaguez continua, logra superar su vicio.

Otra muestra dentro del género distópico cinematográfico de la capacidad que podemos tener gracias a la voluntad aparece en Gattaca, concretamente en la siguiente escena:


Parece mostrar que el género humano puede alcanzar lo que se proponga, independientemente de cualquier atadura determinada biológicamente o de cualquier tipo de dopaje farmacológico. Como se dice en ocasiones: “Querer es poder”. ¿Es esto cierto?


1 comentario:

  1. Habria que ver como actualmente las empresas farmacologicas de alguna forma crean un estado de necesidad de algunos de sus psicofarmacos y como estos crean dependencias que luego son dificiles de quitar. La investigacion y el uso de psicofarmacos es un tema etico al que la sociedad no ha querido aun entrar, por que le resulta muy comodo solucionar con pastillas, problemas que son de indole personal y social.

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