martes, 24 de mayo de 2011

Una puesta al día de la manipulación genética


El ser humano investiga poco a poco sobre la vida, de manera que cuanto más sepamos, más posibilidades tendremos de modificarla. Ya se dan bebés normales no por azar, sino porque los genes fueron seleccionados previamente de los padres. Así, se están creando técnicas extraordinarias para manipular genéticamente embriones. La cuestión que subyace es: ¿dónde deberíamos detenernos? Hay gente que incluso tiene miedo de que se cree una raza superior, pero la figura del científico loco se queda en la ciencia ficción.

Cuando se trata de manipular la materia de la que está hecha la vida debemos ser cautos, aunque se pueden hacer cosas buenas, pues las enfermedades genéticas son causa de muerte en bebés. Ahora se pueden reducir gracias a los avances genéticos y a la experimentación. Existe un campo aún experimentándose, el llamado: diagnóstico genético de preimplantación (DGP). Consiste en el estudio del ADN de embriones humanos para seleccionar los que cumplen determinadas características y/o eliminar los que portan algún tipo de defecto congénito. Se realiza en tratamientos de fecundación in vitro, antes de implantar los embriones humanos en el útero.

Primero, la mujer recibe un tratamiento hormonal para aumentar la ovulación. Después se extraen los óvulos de la vagina mediante una inyección, al hombre se le coge una muestra de esperma y dentro de una probeta se fecunda el óvulo mezclándose. Luego, mediante un análisis se comprueba el estado de los cromosomas del embrión. La célula para el análisis se suele obtener de un embrión humano de 8 células, ya que éste es el momento antes de que sea demasiado delicado y las células empiecen a diferenciarse (algo más de un día tras la fecundación). Tras hacer un pequeño orificio sobre la membrana del niño en fase de embrión, con una pipeta se elige una de las células, que es aspirada para su posterior análisis. Cuando un embrión humano es defectuoso genéticamente, la pareja puede donar a su hijo para investigación o simplemente desecharlo. Finalmente, a los pocos días se transfieren al útero los mejores embriones.

Este proceso se lleva a cabo por diferentes motivos: evitar el nacimiento de niños con enfermedades, ayudar la reproducción o elegir las características del bebé. En el primer caso, se quiere hacer lo posible para que los niños de padres con enfermedades hereditarias por ejemplo, no tengan que enfrentarse durante toda su vida a cierta enfermedad. Si la madre es portadora de algún gen que pudiese perjudicar al pequeño, podría modificarse para evitar que fuese síndrome de Dawn o tuviese hemofilia o cáncer. En la segunda situación lo que se persigue es luchar contra los problemas de esterilidad que pudiese tener una mujer para tener un embarazo. Finalmente, también se quiere tener un hijo sano, con cualidades físicas y mentales lo mejores posible para poder tener un buen bienestar futuro.

Pero en ocasiones no se desarrolla bien esta técnica, ya que en algunos casos el citoplasma de la mujer es bastante defectuoso para que se reproduzca la célula fecundada. En lugar de dividirse simétricamente, lo que ocurre es que se dispersa de manera irregular hasta desintegrarse. La solución sería en esta situación usar los óvulos de una mujer diferente. Este método es aún muy experimental y es llamado técnica de extracción del citoplasma de óvulo donante.
Lo que se hace es extraer el óvulo vía aspiración con jeringa, luego es colocado en una incubadora y después, se extrae el citoplasma del óvulo de otra mujer, que es inyectado al de la primera. Le dan energía a la célula mediante enzimas y vitaminas especiales para que sus óvulos obtengan fuerza durante las primeras divisiones celulares. Más tarde, se añade a este proceso in vitro el esperma del hombre. Todo este proceso implica que el bebé será descendiente de 3 personas distintas, podría incluso sentirse como un cocktail y tener problemas a la hora de diferenciar a sus progenitores.

Otra objeción de experimentar con óvulos es que poseemos un número limitado las mujeres. Pero como contiene muchas respuestas a enfermedades genéticas y reproductivas pues son un blanco de investigación clave. Como los ovarios envejecen más rápido que cualquier parte del cuerpo, la fertilidad se reduce de forma drástica en pocos años. No obstante, hay formas de evitar quizás este procedimiento. Se extraen para protegerlos y evitar que se dañen por ejemplo, al aplicar quimioterapia si la mujer en cierto momento de su vida tiene cáncer. De manera que se congela el tejido, ya que es un proceso fácil, y luego se intentará trasplantar (aunque esto resulte ya más complejo).

La primera mujer que se extrajo el tejido ovárico y se lo implantó después necesitó tomar hormonas y hacerse escáneres diarios posteriormente, pero se pudo asentar en el útero de forma correcta. A partir de entonces, tuvo la opción de quedarse embarazada por fecundación in vitro. Aunque una objeción bastante fuerte fue que para que sus óvulos pudiesen funcionar debían de ser estimulados por grandes cantidades de morfina.

Hacer crecer óvulos fuera del cuerpo también sería útil para crear tejidos humanos a partir del trasplante de embriones. Pero no deben considerarse nunca como simples repuestos. Esto se debe a que algunas células del embrión pueden convertirse en cualquier parte del cuerpo: tejido cardíaco que podría curar un corazón dañado o el Parkinson con los tejidos cerebrales. La idea de crear miembros y órganos a partir de células de embriones humanos no parece más que una idea para una película de terror, ya que el ser humano se cosificaría y sería tratado como un objeto de laboratorio. Estos nuevos embriones se usarían para arrancarles sus órganos vitales o tejidos necesarios para que nosotros pudiésemos sobrevivir.

En vista de que los óvulos son frágiles y limitados, quizás lo mejor sería buscar otra alternativa en donde el esperma podría ser la respuesta. Todos los hombres suelen producir buen esperma, una producción inagotable y fácil de obtener. Un hombre puede ser padre hasta que muere. Cuando los médicos hacen pruebas para la fibrosis quística esperan al embrión. Pero, ¿por qué no cambiar el material genético del espermatozoide? Algunos tienen miedo de que las consecuencias sean impredecibles.

Hay gran cantidad de espermatozoides: el esperma eyaculado durante el orgasmo tiene 3 meses de edad y produce más de mil espermatozoides cada segundo. Dentro de los testículos están los túbulos que siguen un plano genético. El ser humano concebido por ese esperma también poseerá esas características heredadas. Además, se tiene la esperanza de acabar con este método con algunas enfermedades. Pero ahora sólo experimentan con ratones: al inyectarles los genes en los testículos de un ratón, sus hijos poseerán genes idénticos ya que el código genético habrá sido cambiado para siempre. No obstante, el fin último no es probar al aire, sino salvar vidas humanas.

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