domingo, 29 de mayo de 2011

Clonación: Argumentos a favor y en contra

ARGUMENTOS EN CONTRA Y A FAVOR DE LA CLONACIÓN

Los argumentos acerca de la clonación humana se pueden clasificar en dos grandes grupos; los relacionados a la experimentación con humanos (tratando el campo religioso, el científico y el legislativo) y los referentes a los efectos psicológicos sobre el propio clon, su familia y la sociedad, que esto pueda ocasionar.



DESACREDITANDO A DIOS

En el ámbito religioso, la clonación está mal conceptuada ya que se atenta contra las convicciones de la Iglesia católica al desacreditar a Dios. Él nos hace a su "imagen y semejanza" mediante su intervención divina y la intervención humana atentaría contra el principio de dignidad personal y constituiría una ofensa a la voluntad divina. Dios es un ser omnipotente y, en consecuencia, estaría por encima de nuestra condición inferior de mortales y de "hijos" suyos.

No hace mucho tiempo, la empresa estadounidense “Advanced Cell Technology” invirtió grandes cantidades de dinero en un experimento cuyo fin era la clonación humana. Aunque no resultó bien, las religiones del mundo se mostraron en desacuerdo. [1]La Iglesia Ortodoxa afirmó que era como “evocar crímenes contra la humanidad de marca nazi”. Sumar al portavoz del Patriarcado de Moscú con su posición de que “la destrucción de un embrión equivale a un aborto, es decir, un homicidio”, y a las Comunidades Islámicas que condenan cualquier intento o imitación de la creación.
Todos ellos lo hacen porque ven a un Dios superior a todos nosotros, que actúa de forma paternalista, nos ayuda y nos dotó con un cierto parecido a él. Se considera que estaríamos equivocados al querer crear seres humanos no de manera natural y siguiendo sus normas, pues lo que haríamos es desempeñar su papel de creador.

Esto resulta insultante para los creyentes, que tienen fe y creen en que las cosas han sido predispuestas por un ente superior quizás por algún motivo divino que tuviese entre manos. Por ello, ponen tantas objeciones ya no sólo a la clonación, sino a la ciencia en general. Así, el debate Iglesia frente a la ciencia es un tema delicado que a menudo opone a estas dos fuertes posiciones en una constante lucha ya desde siglos atrás, cuando cualquier invento o avance que no se explicase por las lecturas de un libro sagrado era castigado.

Cabe señalar que también está la posición laica de este argumento, presentada por [2]Richard McCormick, que consiste en hablar de la potencialidad de la célula madre y aceptarla como una persona futura, que no puede ser modificada genéticamente. Todo resultaría un procedimiento inmoral. Si aceptamos que desde que el óvulo es fecundado ya es considerado como un ser humano, igual que asesinarlo como en el caso de los abortos estaría mal reconocido, jugar con estos óvulos y experimentar con ellos sería una masacre más en la historia de la ciencia.

Bien sabemos que la ética y la religión han estado siempre en diferentes planos. Un católico por ejemplo, actúa conforme a unos dogmas dados por la Iglesia y que si los cumple sabe que obtendrá la eternidad o será premiado con una entrada al paraíso. Éste deja un poco de lado su propia concepción de la moral y se acopla a la moral del buen cristiano, unos casos porque ha sido educado para ello, otros porque cree fielmente en esos principios. La creencia de que ya en el vientre materno alberga una “persona” es respetable, pero no podemos aceptarlo como premisa a un argumento porque ni siquiera hay un consenso sobre cuándo un feto se considera un ser humano o una persona.

Respecto al argumento que da McCormick, aceptando que las células madre embriológicas no deben ser tratadas instrumentalmente porque son un bebé en potencia, cuando uno se lava las manos y desprende varias de ellas destruyéndolas, ¿ahí sí estaría permitido ese genocidio? Efectivamente, es una postura equivocada esta de la potencialidad porque es contradictoria vista de esa manera y la podemos reducir a un absurdo. La ven como potencial porque posee la carga genética necesaria para que a partir de ella se generase un ser viviente y no se debe experimentar con él.

En muchos casos, cuando una mujer va a llevar a cabo una fecundación in vitro y sobre óvulos, lo que hacen es almacenarlos por si posteriormente hubiese algún fallo médico y quisiera someterse al mismo tratamiento. No obstante, en la mayoría de los casos hay un gran desperdicio de óvulos que no vuelven a utilizarse más y son guardados durante mucho tiempo. Si económicamente cuesta mantener congelados estos óvulos, ¿por qué no utilizarlos para la experimentación si nadie los requiere y la titular da su consentimiento?

Está la duda de si el embrión sería o no una persona, esto es, con capacidades mentales que le permitiesen razonar y sentir agentes externos. [3]Margarita Valdés ha podido sostener que no existen propiedades psicológicas en los primeros meses de gestación del feto que aporte exigencias morales, de manera que, no estaríamos en presencia de una persona capaz de pensar y sentir a nuestro mismo nivel. Si el embrión no es considerado persona, no debería existir problema alguno para experimentar.

Sumar también que tanto el futuro clon como el futuro bebé obtenido de una fecundación natural siguen los mismos pasos dentro del vientre materno. Por lo que la cuestión de jugar a ser Dios o no es refutada porque el ser humano no crea monstruos ni seres vivos de distinta naturaleza, simplemente es una vía más hacia la vida, factor de vital importancia en las religiones (el regalo de la vida).




¿ES SABIA LA NATURALEZA?

Sin embargo, ya no es siempre que se interponga la religión, sino que en otras ocasiones se argumenta a favor de la naturaleza como ente omnipotente y superior. Se manifiesta que haya un "telos" que oriente el curso de lo natural, esto es, dan a la naturaleza una sabiduría y racionalidad superiores a la del ser humano ("la naturaleza sabe lo que hace"). Ven la clonación como un desorden en el equilibrio de la naturaleza. [4]Leon Kass afirmó que: "fascinados y esclavizados por el glamour de la tecnología, hemos perdido nuestra capacidad de asombrarnos y maravillarnos frente a los misterios de la naturaleza y de la vida". La naturaleza exige que seamos sumisos por todo lo que nos ha dado.
Esto podría llevarnos al típico argumento en pendiente deslizante de que podríamos llegar a un punto que no controlásemos nada; por ejemplo, llegar a clonar a Hitler. [5]Eugenio Scalfari, el director de La Repubblica, habla de un determinismo genético en el ser humano, del que consecuentemente cabría la posibilidad de la herencia de ciertos caracteres psicológicos que condicionarían en parte a ser ese “futuro Hitler”.

Aún aceptando que existe una sabiduría natural, si la clonación y la manipulación genética son reprobables porque muchos cambios son producidos por el ser humano, entonces, todo cambio no sería tampoco aceptable. Así pues, cualquier mejora que pudiese aportar el ser humano por medio de la tecnología (como la medicina moderna) irrumpiría el curso de la naturaleza, luego no podríamos alargar más nuestra esperanza de vida y quedaríamos muy limitados en cuanto a recursos (no viviríamos en una casa, sino en una cueva). Las personas no irían al médico porque sería ir "contra-natura".

No obstante, ni siquiera la naturaleza es buena ni sabia; ha sido siempre el ser humano el que le ha otorgado cierto valor viviente que piensa por sí mismo. La vemos como un ente superior, al igual que muchos otros tienen a Dios en su puesto, al que se debe respetar y que toma decisiones propias para la mejora de la evolución.


PENDIENTE DESLIZANTE: POSIBLES PRÁCTICAS EUGENÉSICAS
La  objeción relacionada con la pérdida del control de la clonación no tendría por qué llevar a casos tan extremos y alarmistas. Este argumento no es más que una pendiente resbaladiza, que lo único que hace es prever una posible situación drástica de cara al futuro. Muchas veces a la hora de hacer objeciones posemos el clásico argumento de “¿Y si ocurriese tal o cual cosa?”. Nos equivocamos al actuar conforme a las posibles consecuencias, ya que la mejor solución sería siempre no hacer nada y no arriesgarse. Esta postura evidentemente impediría el avance de la ciencia por la duda ante los posibles errores experimentales que se cometiesen. No hay que pensar desde esa postura, ni temer lo peor. El ser humano no es sólo pura biología, también vive a costa de unos factores ambientales y sociales que le condicionan y le forman como persona. A parte de ser una especie más según la naturaleza, poseemos cultura. Por ejemplo, en la película Los niños del Brasil un grupo radical de neonazis intenta clonar a Hitler. Para ello hacen varias pruebas en diferentes partes del mundo y, tras varios fracasos, se dan cuenta de que deben crear las mismas condiciones de vida que tuvo el dictador, o si no, no adoptará su misma mentalidad.

El peligro de la pendiente deslizante a menudo suele aparecer disfrazado por el temor a la existencia de dos castas. En la película Gattaca se muestra cómo los ricos son los únicos que gracias a su dinero pueden cambiar a sus futuros bebés mediante prácticas eugenésicas y clonación. Es cierto que otra objeción que puede acarrear la clonación sea la eugenesia, por lo que al barajar ambas ciencias poco experimentadas, la idea de tener un bebé a la carta se nos hace aún más lejana preferiblemente. En Gattaca, como únicamente los más poderosos y millonarios pueden clonarse y crear una descendencia más fuerte e inteligente, el resto de humanos son infravalorados y son vistos como “inútiles” en esa sociedad. Son limitados por sus riesgos a contraer enfermedades, esperanzas de vida menores, menores capacidades físicas y psicológicas, etc. De forma que, toda la sociedad queda dividida en dos.

A muchos les aterra esta idea partiendo de que la mayor parte de habitantes del mundo no posee dinero suficiente para experimentar con sus genes de dicha manera. Nadie quiere que todo tenga un final así, con dos tipos de humanos prácticamente diferentes por su perfección o falta de ésta.
El contraste se produce entre el fenotipo (educación, ambiente que les rodea) y el genotipo (estructura interna de la persona). Ambos campos condicionan al ser humano, tanto biología como cultura y ambiente en el que se desenvuelve. Sin embargo, algunos lo ven como que existe  un determinismo genético que posee la esencia del individuo y sus características, mientras que las intervenciones ambientales sólo modifican rasgos accidentales. Pero esto no es cierto como dijimos anteriormente, pues las condiciones de vida que vaya a tener el recién nacido son muy importantes y serán las que realmente influyan en él.

¿Por qué no considerar la clonación como una bendición ante los problemas de infertilidad en muchas parejas? Al fin y al cabo, está en la naturaleza del ser humano su capacidad racional. Si esta capacidad nos ha llevado al nivel de vida que llevamos y que no se tenía hace 100 años, quizás podría significar un nuevo paso en la historia de la humanidad.

Como vemos, tanto el argumento del posible nuevo Hitler como el de una sociedad formada por dos castas tan diferenciadas no son más que pura ciencia-ficción (al fin y al cabo son películas). Es cierto que no debemos arriesgarnos, pues nunca se sabe las consecuencias de los actos de uno hasta que no llegan, pero si debemos ser precabidos. Por ello, la ley se preocupa por los ciudadanos, las personas y el posible efecto que podría tener la clonación en la comunidad. Así, el Estado, frente a la preocupación que comenzó con el caso Dolly y el tema de la posible clonación de otros mamíferos (como los seres humanos, por ejemplo), necesitó implantar nuevas leyes para proteger a las personas y acabar con todas esas preocupaciones infundadas y riesgos que podría conllevar.






PROHIBICIÓN LEGAL DE LA CLONACIÓN

[6]El Comité de Ministros del Consejo de Europa aprobó el Protocolo Adicional al Convenio de Bioética, que fue el que prohibió la clonación humana ante las posibles mutaciones o enfermedades que pudiese padecer el nuevo feto. Si se partía de células madres de un portador con cáncer, el embrión estaría predispuesto a padecerlo, algo que se considera realmente fatal. Con el fin de proteger al nuevo nacido, la ley declaró que ante los riesgos era preferible para evitar la enfermedad o mutación en personas.
[7]El Parlamento Europeo además, en 1997 declaró: “Clonar seres humanos no puede ser tolerado ni justificado en ningún caso por la sociedad, pues constituye una seria violación de los derechos humanos fundamentales y es contrario al principio de igualdad de los seres humanos en tanto que permite una selección eugenésica y racista de la raza humana, ofende a la dignidad humana y requiere experimentar con humanos”.

La cuestión no reside aquí en el factor que podría jugar la moral, ya que más bien la ley actúa de forma paternalista con el fin de proteger a sus ciudadanos. No lo hace por razones éticas, sino por el bienestar de su salud. Aquí lo que surge es el debate entre favorecer el desarrollo de la ciencia y la tecnología, frente a congelar dicho desarrollo cuyo único fin es el de buscar el bien para nuestra sociedad.
Los que tienen una visión más pesimista estarán a favor de que se pare el avance de la investigación de este nuevo campo, y los más optimistas pensarán en las posibles mejoras que pueda traernos. La prohibición radical de las cosas, impide que se avance más y se investigue a fondo, por lo que no es lo más adecuado para los seres humanos que queremos siempre vivir mejor e ir a más.

No tendría por qué prohibirse la clonación, aunque eso sí, antes de experimentar con personas para evitar daños graves, sería preferible experimentar aún más con animales para reducir al mínimo el margen de error de sus consecuencias. Además, aunque estas leyes tengan un buen fundamento (el bienestar de la sociedad), no debemos olvidar que incluso algunas veces los legisladores pueden equivocarse o necesitan renovar sus escritos oficiales. Por ejemplo, en Francia entre las 8 de la mañana y las 8 de la tarde el 70% de la música ha de ser de artistas franceses, o está prohibido besar a alguien en el ferrocarril.
En su origen esta ley tendría su sentido, pero deben poco a poco actualizarse. Al igual que la ciencia avanza, la ley también. Eso sí, siempre mirando por las personas, podrán limitar el campo de acción de los investigadores por sus posibles consecuencias, y no prohibir radicalmente.

La cuestión reside aquí en que la ciencia va avanzando con el tiempo. La gente se ha ido adaptando a los nuevos descubrimientos científico-técnicos y adquiriendo nuevos valores e ideas a raíz de ello. El papel de la ley ha sido reflejar la realidad de la moralidad existente entonces. No se trata de que la moral se adapte a la ley, sino que es la ley la que tiene que adecuarse.
El tema de los derechos humanos fundamentales y el de la dignidad humana se verán a continuación cuando discutamos sobre las repercusiones sociales y personales del clon.


ENVEJECIMIENTO PREMATURO

Una de las posibles razones por las que se haya decidido prohibir la clonación humana sea el posible planteamiento del caso que le ocurrió a Dolly. Si la oveja de la   que fue clonada tenía 6 años y Dolly envejeció rápidamente a causa de ello entonces, si cualquier ser clonado se degenerase más rápido que los concebidos por el proceso normal, ¿ocurriría lo mismo con los hombres? ¿Sería necesario seguir avanzando en su investigación? Dolly murió con 6 años cuando la esperanza de vida de una oveja es de 12 años.

Aquí la preocupación debería reducirse a un único caso que se haya dado. Apenas se ha experimentado con mamíferos y no se sabe si su envejecimiento prematuro no fue más que algún carácter heredado de su madre o se debió realmente al proceso de clonación. Se deben hacer más pruebas para estar seguros de si se trata o no de un efecto secundario en los seres clonados antes de usarla en personas.
Si la clonación se ve tan limitada por todos lados no podrá avanzar de igual manera que si no hubiese barreras impuestas y antes podríamos saber si el envejecimiento es algo que juega en contra del clon o no. Pero como bien dijimos más arriba, siempre con precaución y cierto control para evitar errores nefastos como ha dado lugar la ciencia en la historia (por ejemplo, el caso de la bomba nuclear).

Cuanto menos riesgos mejor, y cuanto mayor bienestar también mejor. Sin embargo, ya no es solo los riesgos científicos los que preocupan a la opinión pública, sino las repercusiones sociales y las del individuo clonado en sí.



LA OPCIÓN A EXISTIR O NO
En cualquier sociedad liberal democrática sus componentes participan de forma libre y sin sentirse sometidos u obligados a actuar de cierta manera. En el caso de la clonación no se tiene en cuenta si el embrión quiere existir o no, no ha podido pedirle permiso a nadie.
Pero como dijo [8]Sidney Callahan: "aun un niño que resulta de una violación o de un incesto puede adaptarse y hasta estar contento de haber nacido, pero seguramente sería incorrecto planear tales modos de concepción de antemano apoyándose en la noción de que el niño preferiría existir a no existir".

Los propulsores de la clonación humana se defienden bajo el lema de que “es mejor tener la posibilidad de vivir, aunque sea con discapacidades, que nunca existir”. Ésta afirmación es muy discutible. Si este lema se basa en una suposición, ya que jamás se le podrá consultar al posible clon su preferencia en un momento en que aún podría decidir, sino solamente una vez que ya ha nacido y crecido y aún así quien sabe que respondería.

Precisamente el tema del consentimiento es un punto clave porque representa un sólido obstáculo para la clonación humana ya que como bien se sabe, un experimento que involucre a personas debe llevarse a cabo sólo con el consentimiento de todos los participantes, y sobre todo en casos en que dicho experimento  presente riesgos y consecuencias incalculables para los involucrados.

Es cierto que no se puede consultar con el futuro embrión de si quiere venir al mundo o no, pero hay gente que incluso naciendo en buenas circunstancias, en una buena familia y teniendo aparentemente una vida feliz, se sienten las más desgraciadas y desean no haber nacido. No debemos depender de su condición de nacimiento, sino de su condición de vida.


DERECHOS Y OBLIGACIONES

Al final, vemos que todo queda reducido a una lucha entre derechos y obligaciones. Toda persona tiene derecho a tener una descendencia, de manera que pueda llegar a ser padre o madre; no obstante, tendrían la obligación de hacer lo mejor por su niño. Si un experimento como éste conlleva tan alto riesgo como en el caso de Dolly (sólo una oveja de 277 salió idéntica y con buenos resultados), se podría pensar que se está poniendo en peligro la vida de un recién nacido violando sus derechos del bienestar.

Desde el punto de vista científico sucede lo mismo: la ciencia tiene el derecho de intentar avanzar y hacer nuevos descubrimientos. Sin embargo, tiene el deber de que los resultados obtenidos sean más beneficiosos que perjudiciales para la humanidad y el medio ambiente. Se ve limitada por unos parámetros ecológicos y éticos, en este caso por ejemplo, con la duda de que sus consecuencias de producir seres humanos esté por encima de no dañar a ningún ser vivo que se pudiese crear (aunque fuese en un laboratorio y no de la mano de la naturaleza).

El problema del consentimiento y de la responsabilidad de los padres y de los médicos de crear un ser humano con alta probabilidad de ser defectuoso nos deriva ahora al segundo gran argumento sobre la posibilidad de dar vida a clones humanos; las consecuencias psicológicas que repercutirán tanto en el clon como en su familia y la sociedad en general. El principal motivo suele ser que una pareja simplemente desea tener un hijo de alguna manera relacionado biológicamente a ellos y que no pueden hacerlo ya sea por condición de infertilidad o por evitar una enfermedad genética.



EL CONFLICTO DE DIGNIDAD: EL DERECHO A LA UNICIDAD

¿Qué tipo de vida será la de un individuo tan polémico? Comencemos por considerar su existencia característica de clon que lo diferencia de hijo biológico de una pareja sino réplica genética de sólo uno de ellos.

Los gemelos vendrían a ser lo más semejante a clones que existe, sin embargo, hay varias características que los diferencian, sobre todo que éstos “clones” comienzan la vida en el mismo instante y por lo tanto su destino “génico” a pesar de ser idéntico entre sí es nuevo y desconocido para el mundo. Un niño clonado en cambio, será distinto desde el momento de su creación y para siempre, dada su condición de originarse únicamente a partir de un genoma ajeno anteriormente “vivido” por otra persona y por ende ya conocido. Los efectos psicológicos que la clonación humana puede conllevar parten de éste mismo fundamento.

El posible rechazo en una comunidad y los daños emocionales son otros factores que influirían a la hora de decidir si se clona o no. A diferencia de los gemelos, afirma [9]Becchi, los clones no son contemporáneos y podrían sentirse como una simple copia de la persona que les aportó sus células embriológicas.

Independientemente de la época, los componentes de una persona son  físicos y psicológicos. Aunque genéticamente fuesen idénticos, su entorno primario no es el mismo, y en consecuencia, no será la misma persona. No tiene por qué suponer un problema el clonar a otro siempre y cuando no se espere que sustituya a nadie.


LA INSTRUMENTALIZACIÓN DE MANUFACTURAR PERSONAS Y LA SUSTITUCIÓN COMO CONSECUENCIA
La clonar se enfrenta a la dignidad de los nuevos seres creados. Implica la intención de producir una persona con cierto genoma. Lo devaluamos, lo tratamos como medio. Pero vemos que la decisión de clonar no es intrínsecamente manufacturera pues hay casos que no están mal vistos ni sancionados en ocasiones, como son: reemplazar un ser querido, evitar la infertilidad o evitar una enfermedad genética.

Podría ocurrir únicamente un caso en el que la persona perdiese por completo su identidad (que era la preocupación que nos atendía anteriormente), y sería por ejemplo, si ha fallecido un familiar cercano. Al echar de menos su ausencia, algunos intentarían clonarlo y poder sustituirle para no pasarlo mal. Ahora bien, esta actitud considerada moralmente inaceptable no sería como resultado de la experimentación en sí, sino del problema psicológico de quien intentase clonar a otra persona por el mero hecho de sustituirla. El condicionamiento de la gente no es más que una postura egoísta y necesitarían ser tratados. El problema no resultaría de la clonación, sino de aquellas personas con una mentalidad tal que quisiesen revivir a los muertos.

Un ejemplo más extremo de ésta presión se daría en la clonación con el objetivo de perpetuar a un familiar fallecido o a un genio ya que en éstos casos los progenitores eligen con específica intención al genoma y con la esperanza de que el individuo creado sea idéntico al donador. Esto además de perder el sentido de lo que es recibir un hijo creará una presión psíquica bien fundamentada en el niño clonado.

En el más inocente de los casos en que ésta tensión no esté realmente fundamentada, es decir, los progenitores no tengan la intención de ver a su hijo ser la réplica de nadie, el clon igualmente puede llegar a sentirse así o a sentir que su vida está ya irremediablemente determinada a ser como la del donante.




ESTABLECER NUEVAS RELACIONES DE PARENTESCO

Se podrían trastocar las relaciones de parentesco al violarse el derecho de ser concebido heterosexualmente en una familia cuya pareja la formasen hombre y mujer. Además, se crearían bebés moralmente dudosos; es decir, cuyos fines podrían ser la donación de órganos o a modo de reemplazo de familiares fallecidos.

Defensores de este tipo de argumento mantienen que debido a que la clonación permite que el clon pueda tener sólo uno o también varios padres o madres, esta clase de procedimientos amenaza la estabilidad de la familia. La clonación humana parece también promover la confusión sobre quién en realidad es la madre, quién el padre, los abuelos, o los hermanos y hermanas. Por ejemplo, si una mujer desea, usando su propio material genético, emplear la clonación para tener una hija, no está claro, mantienen los críticos, si ella es la madre, o la hermana, o ambas. Tampoco está claro si el abuelo de la niña es en realidad el padre de ésta.

Sin embargo, esta duda puede generarse por vivir anclados en el modelo único de familia nuclear. Sólo al darle prioridad a las cuestiones genéticas habría realmente un conflicto con el tema del parentesco. Parece que también se presupone que la concepción actual sobre la familia nos ofrece la mejor forma de organización social para originar individuos saludables y sociedades productivas. No obstante, aquí lo que ocurre es que se ve ignorada la evidencia de que el ser humano ha evolucionado creando nuevas formas de vida familiares.

En segundo lugar, no se ofrecen razones normativas convincentes que muestren que las sociedades construidas sobre la base de la familia nuclear como es normalmente entendida, sean mejores sociedades que las construidas sobre otros tipos de acuerdos familiares. Esto no quiere decir, por supuesto, que el entender la familia como un arreglo caracterizado principalmente por relaciones genéticas no tenga ventajas para los seres humanos. Nuestro propósito es sólo señalar que incluso si esta concepción de “familia” es apropiada, esto en sí mismo no prueba que sea ni la única ni la mejor.

Los resultados de está distorsión de nexos familiares considero puede ser muy amplia, variada e incluso sorprendente.
Incluso podríamos a usar este método para reemplazar personas, lo que nos llevaría al problema de antes (querer revivir a un muerto). No es malo que se quiera tener cerca de una persona físicamente igual a otra, lo incorrecto es exigirle que se comporte de igual manera que hacía su anterior. Como bien dije anteriormente, no existe el determinismo genético. Uno podrá buscar en la clonación cualidades físicas que tendría otra persona, pero su mente y personalidad no irían ligadas a este mismo factor.





REFLEXIONES

En vista de que los argumentos son refutables, la clonación no es un proceso rechazable al menos desde las oposiciones que se han ido presentando. Esto nos hace ver que su uso  como método reproductivo no implica algo malo, ya que contribuye al bien de la sociedad: es una manera de generar nuevos bebés dentro de una familia que quiere traer un ser vivo al mundo y que, por problemas de fertilidad o posible herencia de alguna enfermedad genética, sería imposible naturalmente. El no aceptarlo conllevaría una posición tomada desde un miedo aparentemente irracional, partiendo de que no hay argumentos que validen una oposición fundamentada a la reproducción por clonación. La explicación a este miedo no justificado se deberá buscar en otro lugar.

La biología molecular y la biotecnología atraen la atención del público y respecto a este tipo de trabajos quizá exista un sentimiento ambivalente. Por un lado se están creando grandes expectativas y puede que mucha gente que piense que todos los males se van a arreglar gracias a la manipulación de los genes. Y eso es algo justificado, de hecho los grandes avances de la genética para combatir enfermedades como el cáncer están ahí. Pero seguro que muchas personas experimentan cierto miedo, sobre todo cuando se traspasa la frontera de los organismos microscópicos y se habla de clonar ovejas, monos y seres humanos.

No obstante, el miedo a la clonación es infundado, la sociedad dado su instinto de autoconservación, rechaza aquello que constituya una variación fundamental de las estructuras de la vida. A menudo la gente tiene miedo al devenir por las posibles consecuencias futuras que esto pueda acarrear. Nos dejamos llevar por nuestro lado más protector y presentamos un miedo al cambio, ya que consideramos que la vida es suficientemente buena y no necesitamos más. Sin embargo, la ciencia avanza poco a poco y gracias a su experimentación nos aporta mayores beneficios y bienestares. El problema de fondo, y lo que debería tomarse como criterio de decisión, no es el miedo que produce en nosotros, sino en dónde están los límites de la ciencia (incluso replantearnos si debería tenerlos).
Los viejos argumentos en contra de la ciencia apoyados en los daños humanos que han producido determinados usos de los desarrollos científicos (como la silla eléctrica) no pueden ser tomados como una crítica válida al propio quehacer científico, sino a los usos nocivos del mismo (vivimos más y más cómodamente).

Ahora bien, este recelo frente a las variaciones fundamentales de nuestras estructuras vitales está relacionado con el tradicional antropocentrismo que ha caracterizado las concepciones del universo hasta nuestros días. Nos hemos visto siempre como un animal racional y social, diferente del resto de seres vivos y dotados de esa capacidad de sabiduría que nos situaba por encima de cualquier cosa. Pero, si el mismo ser humano es capaz de crear otro igual a él, entonces se aceptaría la experimentación en estos, y consecuentemente, el estudio del ser humano al menos en su ser biológico conllevaría la cosificación de las personas como objetos de estudio manipulable. Este aspecto es algo totalmente contrario a lo que las personas nos hemos considerado desde el principio de los tiempos. De manera que llegaríamos a cuestionarnos ¿qué es el ser humano?, ¿dónde está nuestra esencia como tal? El volver a estas preguntas fundamentales, combinado con la fuerza con la que está arraigada con nosotros nuestro “puesto especial”, provocan miedo e inquietud.

Por otro lado, este miedo quizá nos indica que la biotecnología está mal divulgada. La gente no sabe realmente qué es un alimento transgénico. Piensa que se trata de plantas cuyo genoma se ha manipulado al completo. Quizá muchos miedos se disiparían si todos supieran que en esas plantas no se ha modificado más que un gen. Y que no se ha hecho otra cosa que lo que llevan haciendo siglos los agricultores mediante la selección y mejora de las semillas. Lo único que hace la biotecnología es acelerar el proceso y reproducirlo en condiciones controladas de laboratorio. Con más información habría menos temores.

Otra preocupación es que la biotecnología caiga en manos de la industria privada. En Estados Unidos se financia exclusivamente por medios privados y grupo de científicos que ha alertado de los peligros de esta práctica. Se ha pedido al gobierno que aporte dinero a las investigaciones (lo que está prohibido por ley). Es ciertamente preocupante que una investigación tan importante y polémica se lleve acabo por parte del sector privado. Sin embargo, la solución a esta problemática no está en prohibir el proceso, sino alentar a los distintos estados para que financien y controlen los procesos e investigaciones de clonación.


En resumen, no sólo la clonación terapéutica podría ayudar al ser humano regenerando sus tejidos y órganos con fines médicos, sino que la clonación reproductiva podría solucionarnos ciertos problemas. Entre estos, los más destacables serían la infertilidad o evitar transferir enfermedades genéticas a los descendientes.
Existen muchas personas que presentan miedo a esta forma de reproducción. Se trata de un temor injustificado ya que los argumentos más habituales y fuertes dados en contra pueden ser refutados, mostrando que son erróneos. De esta manera, este miedo deberá encontrarse en otro lugar, dando posibles explicaciones antropológicas o psicológicas.
La clonación reproductiva es un nuevo campo de experimentación que aún queda mucho por explorar y del que no se tiene una certeza al cien por cien, pero sí que podemos asegurar que podría ayudar a la sociedad trayendo más personas al mundo. Así, la ciencia avanza con el tiempo y nos da un amplio abanico de posibilidades que no se deben rechazar, pues quizás exista gente que se necesite de ella y su prohibición, debido a un temor infundado por otros, podría no permitir su utilización.


[1]  Argumentos y testimonios de diferentes figuras religiosas de alto status presentados en la web: http://es.catholic.net/sexualidadybioetica/312/1242/articulo.php?id=5044
[2] Vázquez, Rodolfo (2004). Del aborto a la clonación: principios de una ética liberal (p. 109-123). México: CFE; Ciencia, tecnología, sociedad.
Cf. Mc Cormick

[3] Valdés, Margarita (1997) Aborto y concepción en México: las actitudes y los argumentos de la iglesia católica, en Mark Platts (1997) Dilemas éticos (cap. II), México: UNAM-FCE.
[4] Cf. Kass, 1997 citado en: Vázquez, Rodolfo (2004). Del aborto a la clonación: principios de una ética liberal (p. 109-123). México: CFE; Ciencia, tecnología, sociedad.
[7] Powerpoint y apuntes de clase.
[8] Callahan, citado por: Salles, Arleen (1999). “Sobre el estatuto moral de la clonación reproductiva”, en Perspectivas bioéticas, núms. 7 y 8, FLACSO-Gedisa, año 4, núm 7 (p. 102), Barcelona.
[9] Becchi, Paolo (1997). “Cloniano un uomo”, Ragion Pratica, núm. 8, Piero Barboni (ed.), Génova.

3 comentarios:

  1. Este tema es muy controvertido, está muy tratado, y, sin embargo, todavía hay muchas dudas sobre él. Sin embargo, la legislación vigente sí permite la manipulación genética de embriones para evitar problemas congénitos, o incluso la creación de un "niño a la carta" para salvar al hermano/a mayor, como con las leucemias infantiles.

    También la pregunta que también es importante es la diferencia entre modificar un cigoto y clonarlo, y los fines de cada acto. Además, un dato muy importante en la clonación es si dicho clon dispondría de la memoria almacenada del ser clonado, lo cual cambiaría el hecho de crear un ser igual en todos los aspectos, o no.

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  2. Tía, después de leer tu blog me doy cuenta de que los filósofos tenéis una visión muy rara de las cosas xD
    He escrito una entrada en mi blog como contestación al tuyo, porque esque muchas veces no entiendo que realmente haya un problema con las cosas que comentas. La direccion es:
    http://haymuchositioalfondo.blogspot.com/

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  3. ...¿Clonación?...directos al Futuro...BIOPRINTING 3D...tu Memoria grabada al nuevo cuerpo y...LA INMORTALIDAD. Dentro de unos millones de años, el Sol, agotado su Hidrógeno, empezará a fusionar Helio...se convertirá en una gigante roja...engullirá a la Tierra...Fin de aquella especie humana que se dejaba comprar/engañar por los interesados religiosos...pero no será así...SERÁ ASÍ...los seres Humanos ya habían alcanzado LA INMORTALIDAD porque se dieron cuenta a tiempo del engaño de la religión, y para entonces estaban en miles de Planetas...

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